¿Qué tal has dormido esta noche? Bien, mal, regular…
Como ya sabéis, nosotros acabamos de tener una niña, tiene 3 meses y medio, por lo que bien, lo que se dice bien, pues no he dormido. Aparte de esta circunstancia concreta la mayoría de la gente tiene problemas para dormir a pierna suelta. ¿Hace cuánto que no te despiertas por la mañana con la sensación de haber dormido como un bebé? Yo no me acuerdo…
Porque nos pasamos más o menos un tercio de nuestras vidas durmiendo he hecho una reflexión que os ayude a conseguir un dormitorio más ecológico y por ende más saludable en el que sea más fácil descansar de verdad. Aquí van mis consejos para hacer de tu habitación un espacio eco saludable:
1. El colchón y la almohada naturales.
Mucho mejor si son naturales: de látex natural, lana orgánica, algodón orgánico, fibra de coco o cáñamo. Debemos evitar los que son de poliéster, poliuretano, espuma de poliestireno o nylon. Todos estos colchones y almohadas no naturales contienen retardantes de llama. Sí, está guay que si hay un incendio no prendan como una mecha pero es que estos retardantes contienen formaldehído, ácido bórico y melamina. Estos compuestos tienen la peculiaridad de acumularse en nuestros tejido y pueden ser causantes de problemas respiratorios y de piel, alteraciones hormonales o cáncer.
Sin embargo para los colchones existen alternativas naturales, mucho más sanas como son:
- Látex natural: se obtiene de la salvia del árbol del caucho y se trata de un material natural, resistente, renovable, transpirable, biodegradable y con propiedades antibacterianas, antiácaros y antifúngicas. Nosotros estamos usando uno de látex natural y no podemos estar más contentos.
- Lana orgánica: es la perfecta reguladora de temperatura, en invierno hace que mantengas tu calorcito y en verano aportar frescor. Además es resistente al fuego, antiácaros y antibacteriano. Vamos, el colchón de nuestras abuelas aunque modernizado, la dureza es perfecta y no necesita mantenimiento. ¡Yo quiero uno!
- Fibra de coco: estas fibras después de separadas de la corteza se secan y se cubren con una solución de látex natural para conseguir más firmeza y un acabado más transpirable. Si no podemos dormir bajo las palmeras que sea sobre sus cocos.
- Cáñamo: gracias a su gran dureza se consigue un colchón muy firme, además de ser resistente al moho. Para aumentar su resistencia al fuego suelen cubrirse con una capa de lana. La combinación perfecta entre lo vegetal y lo animal.
En la almohada también queremos la máxima naturalidad, elige entre las de cáscara de espelta de origen biológico, látex natural entero o troceado, lana o algodón ecológicos.
2. Aire limpio.
Todos queremos que huela fenomenal en nuestra habitación y sin duda el mejor ambientador es el aire fresco. Así que no te olvides de ventilar tu habitación al menos unos 5 minutos al día. Si aún así eres de los que les gusta que el ambiente huela a algo opta por las velas ecológicas de cera de abeja o soja, nunca de ceras químicas. Otra muy buena opción son los aceites esenciales naturales, aquí también te tengo que recomendar los que provienen de la agricultura ecológica. Puedes utilizarlos con difusores o con un rociador sobre tu pijama o la almohada. Si tienes problemas para conciliar el sueño el de lavanda te ayudará a crear un ambiente más relajante.
Otra muy buena recomendación es poner verde en tu habitación. Pero ten cuidado con la planta que elijas porque no sirve cualquiera, algunas en vez de regalarnos más oxígeno nos lo roban. Para el dormitorio recomiendo la Sansevieria (también conocida como Espada de San Jorge o Lengua de Suegra), una planta que transforma el dióxido de carbono en oxígeno durante la noche. Ya no nos hace falta meternos en la maquinita ésta que te chuta oxígeno pon una hermosa Sansevieria en tu dormitorio y disfruta del extra de oxígeno que a ella le sobra.
3. Sobriedad decorativa.
Lección número uno sobre cómo decorar tu habitación; simple, de colores claros aunque cálidos y con espacio libre. El mejor ambiente para conciliar el sueño es uno sereno, sin grandes artificios, cómodo y bien iluminado. Para el dormitorio me decanto por el menos es más. Pocos muebles y en madera maciza, la de verdad, los aglomerados contienen formaldehído y ya sabes que no nos gusta nada. Para mí lo perfecto es contar con tres tipos de iluminación, unos focos para la zona del armario, una luz cálida cenital para crear un ambiente relajado y una luz lectora para disfrutar de un buen libro antes de cerrar el ojo. Si vas a pintar tu habitación ahora decántate por tonos claros calentitos, los pasteles son ideales y por supuesto elige una pintura ecológica no tóxica y antialergénica.
La ropa de cama: otra vez con lo mismo. Que sea 100% natural y preferiblemente de origen orgánico. Elige entre algodón, lino, seda o bambú. Evita a toda costa las fibras sintéticas que generan electricidad estática y provocan emanaciones tóxicas de los aditivos que incorporan. Nosotros tenemos dos juegos de sábanas, uno de algodón orgánico y otro de lino también orgánicos que por cierto están en Made in Tribe (pincha sobre las palabras en verde subrayadas y echa un vistazo). En veranito, utilizábamos sólo las sábanas y los dias un poco más fresquito nos echábamos esta preciosa manta de algodón orgánico. En verdad va pasando del sofá a la cama y no nos puede gustar más.
Ahora que sabes esto, ¿cuánto de ecológico es tu dormitorio? Sin estrés, lo primero es lo primero. Si tu habitación es tu refugio, donde aparcas los problemas del día, donde caben ese libro a medio leer que tantas ganas tienes de terminar y de ciento en viento un desayunito rico. Donde la familia siempre se cuela, ya se sabe, donde caben dos caben tres e incluso cuatro o cinco. Si tu habitación es ese lugar en el que te refugias cuando ‘llueve fuera’. Entonces tu dormitorio aunque no sea el más eco es el más saludable del mundo.
Disfrútalo.
